Este espacio va dirigido a quiénes tengan interés en los aspectos legales que rodean la construcción de un barco por aficionados. Es un espacio dinámico, ya que reflejamos la experiencia propia, adquirida en la ejecución de nuestro proyecto, añadida a la información que vamos recopilando en distintos sitios. Nos referimos principalmente al caso de España, que es el que estamos conociendo.

La autoconstrucción de embarcaciones con fines de recreo no parece ser una actividad muy usual por estas latitudes. Al menos en los tiempos que corren y de acuerdo a las noticias que nos llegan. Tenemos la impresión de que es más frecuente en otros países. Quizás por esto la información acerca de los aspectos legales es escasa y dispersa. En este artículo intentamos resumir un poco lo que hemos aprendido y listar las referencias que hemos encontrado.

La construcción de un barco por aficionados en España es un proceso complejo y costoso desde el punto de vista de la normativa. La persona que proyecta construir un barco en el patio de su casa está naturalmente dispuesta a hacer frente a todo tipo de desafíos técnicos, pero normalmente desiste por no enfrentar los desafíos burocráticos.

El itinerario habitual comienza con la elección de un diseño que resulte adecuado para el constructor. Este diseño se suele adquirir a través de Internet de algún arquitecto naval extranjero por un precio que va desde algunas decenas hasta algunos cientos de euros. Este diseño se remite al constructor y suele constar de varias hojas con planos y detalles que suelen ser suficientes para ejecutar el proyecto.

Una vez en poder de esta documentación es necesario acudir a un técnico naval local que realice la verificación de que el diseño original cumple con la normativa española. Este técnico es un Ingeniero Naval quien normalmente añade los cálculos de escantillonado y de estabilidad que no suelen estar incluidos en los originales. El técnico entregará un documento con el diseño original, los cálculos efectuados y suficiente prosa introductoria para justificar su intervención. Este documento se visa en el colegio profesional y tiene un costo posiblemente igual al de todo el resto de los materiales necesarios para construir la embarcación.

El proyecto visado se adjunta a la solicitud de autorización para el inicio de la construcción que se debe presentar en Capitanía Marítima. Es necesario pagar para ello unas tasas de aproximadamente 20 euros. La documentación es revisada por un técnico de Capitanía que en caso de no encontrar inconvenientes expide la autorización. En nuestro caso, la contestación llegó tras un año de iniciado el trámite.

En el momento de escribir esto estamos finalizando la construcción del casco de nuestra embarcación y hemos recibido tres visitas del inspector de Capitanía. Procuraremos ir actualizando estas notas a medida que vayamos avanzando.


Algunas referencias: