El tiempo en Vilafranca llega a su fin, con el proyecto aún inconcluso. Gracias al apoyo del propietario y amigo, hemos transformado un rincón de un antiguo criadero de pollos en un improvisado astillero donde hemos estado casi cuatro años. Ahora ha llegado el momento de movernos. El destino: las estribaciones serranas cercanas a Son Macià; un sitio más cercano a casa donde creemos que el proyecto podrá tomar velocidad. La mudanza no es sencilla: con cuidado, ponemos sobre ruedas la camilla donde descansa la embarcación y, con la ayuda de amigos, la sacamos fuera, donde nos espera el camión. L...